Primera marcha de los 40 kms

En 1963, algunos socios del Centro Excursionista de Banyoles (CEB), motivados por la Marcha de las 50 millas de los hermanos Kennedy en Estados Unidos, decidieron llevar este reto a Cataluña. Organizaron una caminata de 80 kilómetros hasta Riudaura (Garrotxa) y regreso, convirtiéndose así en una de las primeras marchas de resistencia del país, incluso antes de la conocida Matagalls-Montserrat de 1972. A pesar de la ambición del proyecto, la distancia resultó demasiado exigente, y dos años después se redujo a 40 kilómetros para hacerla más accesible. Así, en 1965 nació la Marcha de los 40 km de Banyoles, una prueba que desde entonces se ha convertido en una cita ineludible para los amantes de la montaña y la resistencia.